viernes, 14 de febrero de 2014

¿Miedo al agua?

Quizás, en todos estos años dentro de una piscina, haya aprendido que para aprender a nadar , hay que tirarse a la piscina ¡vaya redundancia!
No recuerdo cuando aprendí a nadar, pero sé que nunca le tuve miedo al agua.

Aunque confieso que cada vez que me lanzo de cabeza, tiemblo. Desde el poyete de salida veo el mundo a mis pies y siento vértigo. Lo confieso siento pánico.
Al arrojarme al agua temo no volver a salir, temo que mis brazos y mis piernas no respondan, temo no ser capaz de subir a la superficie, temo estrellarme contra el suelo, no tener aire suficiente...
Entonces cierro los ojos, cojo aire y salto de cabeza... Y empiezo a dar brazadas y pies, un nuevo largo, un nuevo camino.
La piscina, mi rutina, es mi metáfora de la vida. Salto, nado, volteo, cojo impulso, respiro, me hundo, vuelvo a nadar, meto más pies, volteo de nuevo, submarinas, apnea, me hundo otra vez, respiro, una brazada, otra más, mariposa, espalda, braza, crol. Nado y sigo adelante.

¿Miedo al agua? No, yo no tengo miedo a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario